miércoles, 28 de enero de 2015

PARTE DE UN ATÍICULO " LA LEGIÓN EN LA GUERRA DE IFNI SAHARA" ESCRITO POR SAÚL VIZUETE IBÁÑEZ

Sáhara

La táctica en el Sáhara, con una superficie a defender mucho más amplia fue diferente a la de Ifni, especialmente en, la ya señalada, búsqueda de la ayuda francesa. Francia veía con honda preocupación como las fuerzas españolas podían verse desbordadas y que a ellos se les abrieran nuevos frentes. Con el desastre de Anual aún muy presente en la mente de los mandos españoles, la primera medida fue abandonar las posiciones más alejadas de las capitales, o en su defecto, dejándolas en manos de tropas indígenas, en las que cada vez se confiaba menos. El coste de esta política fue enorme, pues muchas tribus nómadas del interior se vieron abandonhttp://www.sidi-ifni.com/images/stories/users/saul_vizuete/la_legion/edchera-800.jpgadas a su http://www.sidi-ifni.com/images/stories/users/saul_vizuete/la_legion/edchera-800.jpgsuerte por España, y acabaron por unirse al Ejército de Liberación.
Para La Legión la guerra en el Sáhara fue mucho más importante que la de Ifni, y de ella sacaron unas conclusiones muy valiosas sobre la guerra en el desierto, aplicadas más tarde por los Tercios Saharianos, que tan buen resultado dieron hasta el abandono definitivo del Sáhara en 1976. A la presencia de la recién creada XIII Bandera, se sumó la IV en julio de 1957, la II en noviembre y la IX ya en enero, justo después del combate de Edchera.
Tras establecerse una serie de núcleos defensivos entorno a la capital El Aaiún, el plan de operaciones consistió en ir barriendo el desierto en acción combinada con los franceses, que facilitaron mucho las operaciones gracias a su apoyo logístico, mucho más desarrollado que el español. Tras rechazar varios amagos de asalto a la capital, la primera acción seria se produjo el 22 de diciembre, cuando el jefe del dispositivo, coronel Mulero, decidió hacer un reconocimiento ofensivo por La Saguia el Hamra(5), que acabó con un ataque de los legionarios sobre el oasis del Messeid. Tras iniciar el ataque con fuego de morteros y barrer la zona con las ametralladoras, el enemigo comenzó a huir, pero fue alcanzado por los legionarios que tomaron el oasis a la bayoneta (Canales y del Rey, 2013). Al día siguiente, los guerrilleros del Ejército de Liberación intentaron vengar la derrota, pero fueron frenados por las fuerzas españolas. Mientras, la situación en Villa Cisneros y Villa Bens, era algo más tranquila, lamentando solo unas pocas bajas en una emboscada.

El combate de Edchera

Si hay algo por lo que se recuerda está olvidada guerra, es por el combate de Edchera. Mucho se ha escrito sobre esta acción, de la que aún hoy existen algunas lagunas. Pero lo que es seguro, es que, independientemente de lo acertado del movimiento táctico de aquella jornada, las escenas de sacrificio y heroísmo la hicieron pasar a los anales de la historia con letras de oro.

Eran las 07:00 del 13 de enero de 1958, cuando la XIII Bandera, al completo de sus efectivos, salió en dirección a Edchera con la misión de efectuar un reconocimiento sobre esta zona y obtener información de contacto . A la acumulación de Banderas legionarias en el Sáhara, se había sumado la dotación de nuevo armamento y la inclusión de artillería ligera. Aquel día, la bandera no la llevaba, siendo su base de fuego inconsistente (Casas, 2008). Al llegar al borde este de la orilla del lecho seco de La Saguia el Hamra, se estableció contacto con el enemigo, el cual estaba perfectamente organizado y con un plan de fuegos ajustado. La 2ª compañía, al mando del capitán Agustín Jáuregui Abellas(6), se introduce en exceso en el lecho del río, en una zona donde el enemigo era muy superior en número y volumen de fuego, seguramente en la idea de tomar el Messied y que el enemigo no escapara de nuevo como en la acción del día 22 (Ejército de Tierra, n.d.). Mucho se ha criticado por esta maniobra al capitán Jáuregui. Los testimonios de este combate son muy variados, dependiendo del lugar que ocupó en él cada uno de los testigos. La Bandera intentó envolver al enemigo por el flanco sur, pero al estar fijada la 2ª compañía, no fue posible, y se da la orden de repliegue. El enemigo, a su vez también intenta envolver a las fuerzas legionarias, pero es frenado por el movimiento de la 1ª compañía hacia el flanco norte, para reforzar a la 3ª. Aquí, el testimonio del coronel Manuel Álvarez López –que era por entonces teniente de la 3ª compañía, y vio el combate desde el flanco norte–, resulta de gran importancia:

“Cuando el enemigo empezó a envolvernos por dicho flanco, me di cuenta que nos iba a efectuar fuegos cruzados de flanco y de frente, de los que iba a ser complicado salir con vida. Sin embargo, al oír los disparos que procedían del fondo de la Saguia, cesó la acción de envolvimiento del enemigo por nuestro flanco norte que resultaba tan sumamente arriesgada. El motivo fue que las reservas enemigas se emplearon para combatir al capitán Jáuregui y a los hombres que le acompañaban.” (Escrito de homenaje y agradecimiento al capitán D. Agustín Jáuregui Abellas, por su acción de heroísmo y de sacrificio en el combate de Edchera, al sacrificarse en beneficio de sus compañeros de la XIII Bandera de La Legión el 13 de enero de 1958, ápud Memoria Blau, n.d.).
Según este testimonio, la tan criticada acción del capitán Jáuregui fue fundamental para salvar a la Bandera de ser envuelta por el enemigo. Cuando se le dio la orden de repliegue, el fallo de las transmisiones o la fijación del enemigo le impidió realizar el movimiento. Mientras la 1ª reforzaba a la 3ª por el norte, una de sus secciones, la mandada por el Brigada Fadrique, fue enviada al fondo de La Saguia a reforzar la compañía del capitán Jáuregui (Rodríguez, 2005). Al llegar no pueden contactar con el capitán Jáuregui ni con ninguno de sus hombres y han de contener una avalancha humana que conoce el terreno a la perfección y les triplica en número. Pese a la violencia del choque, la sección consigue situarse a duras penas en una precaria defensiva. Con escasos abrigos y cubiertas, el enemigo no da tregua y el brigada recibe una primera herida en el hombro. Las bajas de ambos bandos se multiplican y el brigada recibe dos nuevos balazos en la clavícula y la oreja. Dándose cuenta de que es imposible contactar con el capitán y viendo que sus hombres no paran de caer, decide sacarlos de aquel infierno. Se queda cubriendo la retirada de lo que queda de su sección, acompañado únicamente de dos cabos y el proveedor de un fusil ametrallador, el legionario Maderal Oleaga. El brigada recibe una nueva herida y viendo que no podrá salir de allí ordena a sus hombres que se marchen, algo a lo que se niega Maderal Oleaga. Los dos hombres son ya presa fácil para el enemigo, que acaba con la vida del legionario de un certero disparo. Solo ya el brigada, recibe un disparo en el vientre, pero aún continua agotando su munición hasta que otro le destroza el cráneo (Martín, 2012). El enemigo fue implacable y destrozó a golpes y machetazos los cuerpos de ambos héroes.
Por esta acción, el brigada Fadrique y el Caballero Legionario Maderal Oleaga iban a recibir las dos última Cruces Laureadas de San Fernando que se han concedido en nuestro país.

Fotografia posiblemente amañada por poner imagen al desastre

El combate transcurrió durante todo el día, hasta que llegada la noche, el enemigo rompió el contacto y huyó dejando 50 muertos en el terreno y estimándose otros 200 heridos de una fuerza total de 500 hombres. La Legión tuvo 43 muertos y 64 heridos, siendo la sección del brigada Fadrique la más castigada, con 20 bajas de un total de 31 hombres, incluyéndole a él y a sus tres jefes de pelotón.

Parte de un articulo:  "La Legión en la Guerra de Ifni Sahara" escrito por       Saúl Vizuete Ibánez      "colgado" en el Rincón de Sidi Ifni

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